Liberación o La humanidad se libera de la miseria.
González Camarena quiso
recrear el mural Díptico de la vida (1941) del edificio Guardiola del Banco de
México, retirado y destruido después del sismo de 1957, escribe la historiadora
del arte Raquel Tibol, “por la gazmoñería de unos potentados”. En este caso,
sin embargo, prefirió ejecutar una composición en tres secciones evolutivas que
plasman una interpretación plástica de la historia de México. La primera se
refiere a la esclavitud: cuestiona las políticas agrarias posrevolucionarias
mediante la presencia de un campesino anónimo que yace dentro de un ataúd y de
una figura femenina desnuda, cubierta de tatuajes en la espalda, señales de los
prejuicios y las prohibiciones. En la segunda tiene lugar el acto de
liberación: varios hombres se despojan de sus ataduras en representación de la
humanidad entera. En la última sección, la mujer mestiza que sostiene una
semilla de maíz, símbolo de sabiduría y vida, se dirige finalmente a la
liberación espiritual. El mural fue inaugurado en julio de 1963.
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